Hoy es el cumple de mi primo. Y cumple 16 años. No os podéis ni imaginar lo frustrante que es eso. Y por qué? Porque mi primo estaba en mi casa cuando era un bebito de pocos meses, mi madre hacía de "canguro" de él y era lo más dulce, precioso y divertido del mundo. Se reía con esos dientecillos pequeñitos a carcajada limpia cuando mi amiga Haydée lo hacía volar por los aires. Por eso cuando mi tía me encargó su pastel de cumpleaños y me puse a pensar en lo pequeño que era entonces, bufff, qué mayor me he hecho yo también!!!
Con el tiempo hemos perdido el contacto pese a vivir en el mismo barrio, y aunque hoy es un chaval de 16 años hecho y derecho, inteligente como el que más, ese rubiales siempre será el bebé que se reía tanto al volar en brazos de mi amiga.
Este verano sufrió un "pequeño" percance que le impide de momento disfrutar de su mayor hobbie, su tabla de skate. Tras todo el verano escayolado, hoy quiero que disfrute de esta tabla y que siga siendo tan persistente en la mejora de su pierna. Y si hoy es una tabla que se come, seguramente mañana podrá volver a montar en la de verdad.
Un besote, tete, te queremos!
El bizcocho es de vainilla, el que ya os enseñé aquí, desde que lo probé no he podido hacer otro! Esta vez, relleno de ganache de chocolate blanco.
El exterior es buttercream de chocolate negro (55 gr mantequilla/100 gr azucar glass/35 gr chocolate negro) y el dibujo es con buttercream de candy melts rojos (55gr mantequilla/75 gr azucar glass/35gr candy melts)
Los ejes (que al final me decidí por poner por dentro del patín) son "neulas" (barquillos) de chocolate y las ruedas, como podéis ver, donettes!
Y aquí, ya envuelto para ir a llevárselo, un poco más y no le hago las fotos... madre mía qué despiste!
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