lunes, 16 de mayo de 2011

Books! Libros puestos en práctica

Tras mi semana sabática, alejada de mi horno, ya tenía ganas de meterme otra vez en la cocina... el motivo? Además de no haber horneado nada desde el pastel del día de la madre, el regalito que mi maridín me hizo el otro día. 

Estábamos de vacaciones en Cordoba y entramos en una librería enorme en busca de un libro (claro) y no pude evitar (como siempre) pararme en la estantería de los libros de cocina. Allí, un pequeño libro morado me llamaba en susurros "mírame, estoy aqui" y yo, dejándome guiar por su voz lo cogí, lo acuné en mis brazos y me dejé llevar por sus páginas con cientos de fotos y recetas de muffins de todas clases y otros dulces y galletas. Lo más impresionante, el precio, tan solo 4.95€ en una edición de tapa dura en la cual, como dice el dicho, en el tarro pequeño esta la buena confitura. A su lado, otro libro, 2€ más caro, también de tapas moradas (se asociarán los muffins al morado y yo no lo sé?), su hermano mayor, con recetas distintas aunque igualmente apetitosas, muffins dulces y salados, un verdadero placer visual e imaginativo. Así que ante la incapacidad de decidir entre ambos, Jesús optó por la mejor solución: los dos.



Desde que empecé a repostear (jejeje, sé que Jesus odiará esta palabra) todas mis recetas se acumulaban en un archivador en base a impresiones de diferentes recetas de decenas de páginas. Ahora mis recetas se acumulan en un archivador en base a impresiones de diferentes recetas de decenas de páginas y dos libros :)

Curiosamente, no sé si debe coincidir con la mitad del libro o con una mala encuadernacion, la primera receta que apareció ante mis ojos fueron estas deliciosas tartaletas de chocolate blanco . Bueno, no sé si deliciosas o no porque aun las tengo enfriando en la nevera, pero la pinta es tan apetitosa que casi no puedo esperar. Y tan ricas prometen ser como fáciles han sido de hacer. Y es que con la maleta casi entera por deshacer, croquetas por rebozar y lentejas en la olla express, tampoco podía liarme mucho. Así que me he autofacilitado las cosas y en lugar de hacer la masa segun la receta del libro, he comprado un paquete de pasta brisa (sí, lo sé, son trampas) y eso me ha ayudado a agilizar mis gestiones al menos por hoy...

Aqui mi cortador made in Ikea haciendo sus funciones. Es increíble la utilidad que le estoy dando a este juego de cortadores con lo poquito que me costó. Sí, ya sé que siempre estoy hablando de dinero, pero así os hacéis una idea... Así que aquí podéis ver el juego entero y cuánto cuesta... lo dicho, muy poquito dinerito! Ya hablaré otro día de mi pasión por la tienda sueca, la verdad es que entre platos, bandejas, servilletas y otros, me vuelven loca... mis proximas adquisiciones, ésta y ésta, me encantan!!


A lo que iba, el cortador es para galletas, asi que supongo que para esto era demasiado pequeño. Por eso, he tenido que usar los moldes de silicona de micro magdalenas, ya que los grandes quedaban justo en la base y no hacían la forma de "cazuelita" que necesita una tartaleta. Como es el unico cortador rizado que tengo, para la primera prueba ya me ha servido. Aquí las tartaletas ya en el horno, tras pinchar el fondo para que no suban en exceso y rellenas de garbanzos pasando calorcito en este temporal de frío que tenemos, jijiji... casi no se ven de lo chiquitinas que son, eh?


Aqui una vez ha salido del horno la primera tanda y mientras se enfriaban (tiempo de cocción aprox 15-20 min, mirar que queden doraditas pero no tostadas)


Y aquí rellenas ya de ganache de chocolate, aunque la receta original es de chocolate blanco, yo las he hecho también de chocolate con leche, porque sé que a Jesús el chocolate blanco no le va mucho... Para el ganache solo hay que poner a hervir la misma cantidad de nata (para montar) que de chocolate. Cuando la nata hierva, apartar del fuego y añadir las onzas o el chocolate rallado o picado. Dejar enfriar y montar al cabo de un par de horas con la batidora de varillas si lo que queréis es el efecto montado (cupcakes) En este caso solo lo he refrigerado y volcado en las tartaletas.


Aunque ya parecía suficiente buena presentacion así tal cual, un ultimo detalle, las virutas de chocolate. Para ello, solo hay que rascar la tableta de chocolate con el filo de un cuchillo. Y por qué no, un poco de cacao en polvo nunca va mal, aunque a modo de autocrítica dire que debería haberlo puesto antes y encima las virutas, porque asi estas ultimas casi ni se ven :(

 Espero que os gusten!









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